Hola a todos, antes que nada quisiera decirles que tengo estudios en medicina, y que mi intención es "cultivar" sobre el tema de la marihuana, desde una perspectiva propia, apelando a la lógica y respetando la libertad de cada uno de ustedes.
No soy un profesional, sin embargo la lectura de algunos post encontrados en este sitio me llevó a hacer una investigación personal. Este es mi conocimiento al respecto, lo que no significa que sea correcto.
No es mi intención generar discordias, opiniones encontradas, ni nada por el estilo. Por el contrario, me parece un tema delicado para tratarlo en un post de una manera correcta.
LA MARIHUANA ES UNA PLANTA NATURAL.
En efecto, Cannabis Sativa es un ser vivo catalogado dentro del reino vegetal.
LA MARIHUANA TIENE EFECTOS TERAPÉUTICOS.
Tanto así como el alcohol, el tabaco, el LSD, la cocaína, el azúcar, la sal y la coca-cola (por citar algunos). La molécula de THC produce efectos en el organismo, por lo que potencialmente podría usarse con fines terapéuticos.
LA FALSA PERCEPCIÓN ENTRE NATURAL Y BUENO.
Casi todas las sustancias medicinales tienen un origen en la naturaleza. Desde el ácido acetil-salicílico (aspirina) que se encuentra entre otros lugares en la "jarilla" hasta el cianuro que se encuentra en el "laurel cerezo", la naturaleza nos ofrece tantas curas como enfermedades.
La flor del opio contiene morfina, y la cocaína se extrae de la planta de coca.
Los procesos de laboratorio que se juzgan por "anti-naturales" se encargan de separar las fases y componentes de los extractos de la naturaleza y purificar una "sustancia natural".
Se puede poner en tela de juicio la efectividad de la técnica laboratorista, la pureza del producto y la contaminación subyacente con otras sustancias químicas en el proceso de purificación.
De todos modos, el consumo de las drogas (las que fueren) directamente de la planta, no nos exime de contaminantes propios de la naturaleza de la planta que en muchos casos resultan verdaderamente tóxicos, agonistas o antagonistas del efecto que se pretende producir.
Ni hablar de las vías de administración. La cannabis fumada no nos libra de otras sustancias químicas que dañan la salud como el monóxido de carbono de la misma forma que el cigarrillo de tabaco.
LA MARIHUANA MEDICINAL.
Existen varios estudios sobre THC. Su rol en el tratamiento sintomático en el cáncer, en la terapia de la anorexia, etc.
Pero para justificar su uso como agente terapéutico, debe existir a priori un mal que aqueje al paciente, y que acredite su implementación.
No se explica entonces, el uso de la amoxicilina como antibiótico de amplio espectro, si no se la utiliza para combatir una infección bacteriana.
"La diferencia entre un remedio y un veneno está en la dosis". Por nombrar un caso, existen evidencias de tratamientos con antibióticos que han resultado nocivos para el paciente. Desde infecciones en el tracto digestivo, de las mucosas como la boca, la orofaringe, hasta epidérmicas por muerte de la microbiota corporal. Exceptúo el tema de la resistencia que genera tanto el paciente como los microorganismos cuando se repite el tratamiento, o se utiliza por tiempos prolongados.
De aquí el rol del médico para hacer una correcta caracterización del proceso salud-enfermedad del paciente, y la prescripción de tal o cual fármaco como paliativo.
Es un error y una falacia alegar su inofensividad al compararla con el alcohol u otras sustancias de consumo cuasi universal y popularmente aceptadas. Se desaconseja el consumo de sal, de azúcar, de tabaco, de coca-cola y de alcohol, justamente por ser agentes patogénicos en organismos presumiblemente sanos. La hipertensión, la diabetes, la insuficiencia renal y hepática, incluso el cáncer y demás...
LA MARIHUANA, LA POSTURA ÉTICA DEL FREE-CHOOSE
Soy, desde mi postura política, un acérrimo defensor de la libertad, tanto individual como colectiva.
Me pronuncio a favor de la legalización de la marihuana y del autocultivo. Pero también a favor de la educación libre, gratuita y veraz. No consumo ni consumí alguna vez marihuana.
En este contexto, la libertad individual se ve seriamente afectada al prohibir el consumo de marihuana, pero lamentablemente también al permitirlo.
Cualquier químico que produzca efectos psicotrópicos, -e.g. la nicotina, el etanol, el tetrahidrocannabinol, la dopamina, el alprazolam- conlleva inherentemente una modificación en la conducta.
Dicho más explícitamente, la libertad sólo es tal, si nosotros poseemos pleno poder y determinación sobre nuestra conducta. Después de consumir, nuestro comportamiento se ve condicionado por un agente que, en efecto, condiciona nuestra propia libertad individual.
Pero bajo ningún punto de vista puede condenarse, pues la decisión previa se tomó en supuestas plenas facultades. La salvedad se da primero en el caso de la adicción, que por menor que sea, es un hecho probado en el caso de la planta de siete hojas. Segundo, en el caso de que el primer factor obstaculice la libertad individual de los no-consumidores.
La aparición de dependencia tiene que ver con una variedad de causas, que van desde la frecuencia de consumo, la dosis, la predisposición del individuo, la aceptación social, la cultura, etc. No siempre es un hecho del cual pueda encasillarse al adicto como principal responsable.
Por ello, es un deber de la salud pública el informar correctamente a la población sobre los pros y contra de su consumo, sus causas y consecuencias en lo social y sanitario.
LA MARIHUANA Y LA REALIDAD. EL NARCOTRÁFICO
Muchas veces existe una tendencia al consumo como paliativo de desaveniencias propias del contacto con la realidad. En otros casos el consumo es sólo por placer, filosofía de vida o simplemente preferencias personales.
Independientemente de la o las causas que interviene/n en la decisión del futuro consumidor,
la prohibición del consumo permite la existencia de organizaciones ligadas al delito que reciben cuantiosas ganancias a costas del narcotráfico. El comprador debe involucrarse en un ambiente hostil, muchas veces indeseado que compromete su vida para conseguir lo que busca.
Estas organizaciones no sólo se dedican al tráfico de drogas, sino también al robo, la prostitución y demás que poco interés despiertan en varios consumidores de THC. Por lo que éstos últimos se ven "obligados" a financiar económicamente al delito organizado por no tener fuentes alternativas.
Para aquellos que se vuelcan a la marihuana por ausencias afectivas, depresión, trastornos sociales o cualquier otra dolencia de diversa índole, la prohibición tampoco es una solución ni a corto ni a largo plazo.
Desde el Estado debe hacerse una fuerte intervención en las causas que llevan a ese grupo a renunciar a la realidad, y refugiarse en los efectos, que sólo sirven como tratamiento sintomático, pero no curan la "enfermedad" (si cabe el término) subyacente.
LA MARIHUANA Y LA CONDENA SOCIAL
Los defensores de la marihuana hacen mucho hincapié en este aspecto. Como ya tratamos, resulta un recurso barato desmitificar la planta en cuestión comparándola con el alcohol o el cigarrillo de tabaco. Todos forman un grupo de sustancias psicoactivas, sean más o menos nocivas, más o menos adictivas, más o menos aceptadas socialmente.
Pero ninguno debe ser motivo de exclusión social, marginación o discriminación. Como ustedes prefieran llamarle. Del mismo modo que no se hace una correcta evaluación de la ebriedad, desde ser algo gracioso, hasta despertar violencia y menosprecio. La correcta perspectiva estriba en una buena base educativa y en una visión global del tema.
Después de todo lo que menos podría esperar un adicto, es el prejuicio social, que tal vez haya sido su detonante, y que irónicamente su problema sea, la falta de contención.
Gracias por pasar.
martes, 8 de abril de 2014
Al perfecto homeópata naturalista cannábico.
4/08/2014
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