Los que me seguís ya sabéis de mi atracción fatal por la cocina china. Es un juego de sabores y texturas que me encanta, pero, lamentablemente, acudir a un "chino" es nefasto para mi salud. Es por ello que me he empeñado en cocinar este tipo de platos en casa, a mi gusto, con ingredientes comunes, caseros y lo más saludables posible, intentando emular estos sabores tan característicos.
Esto no me ocurre a mí sola. Como he podido comprobar cada vez que publico alguna receta china casera, muchos adoráis esta cocina pero tampoco podéis ni acercaros a estos establecimientos. Bien, pues para todos vosotros, incondicionales de la cocina "chinorri homemade", pero aparente y sobre todo saludable, va dedicada mi versión de pollo al limón.
Como casi cada vez que preparo cocina china en casa es monotema y hago el pollo al limón junto a otras preparaciones, en plan picapica, os dejo las indicaciones para preparar una sola pechuga, que, para nosotros dos, resulta más que suficiente. Sin embargo, con estas cantidades de salsa que os facilito, podéis perfectamente acompañar hasta dos pechugas, pero no más. Tenedlo en cuenta, que luego a todos nos gusta mojar el pan chino en ella. :-)
Ingredientes
1 pechuga de pollo (limpia de huesos y piel)
1 huevo
maizena (la cantidad necesaria para rebozar la pechuga)
sal y pimienta
Para la salsa de limón:
5 cucharas soperas de zumo de limón
2 de vinagre de vino blanco
3 de azúcar
4 de agua
1 cucharadita (de café) de maizena
Necesitareis también abundante aceite para freír.
1 huevo
maizena (la cantidad necesaria para rebozar la pechuga)
sal y pimienta
Para la salsa de limón:
5 cucharas soperas de zumo de limón
2 de vinagre de vino blanco
3 de azúcar
4 de agua
1 cucharadita (de café) de maizena
Necesitareis también abundante aceite para freír.
Preparación
Al revés de lo que es habitual en mí, no os puedo dar una razón concreta del por qué lo hago de esta manera, pero me gusta empezar por poner las pechugas salpimentadas a macerar en el huevo batido. Tengo la impresión que el rebozado queda mejor, así que empezaremos por salpimentar generosamente el pollo y lo dejaremos ahí mientras preparamos la salsa.
De vez en cuando darle alguna vuelta y que quede bien empapado.
De vez en cuando darle alguna vuelta y que quede bien empapado.
Para la salsa exprimiremos un limón, o los que sean necesarios, para conseguir 5 cucharas soperas de zumo.
Desleíd la cucharadita de maizena en las 4 cucharadas de agua, que debe ser fría del grifo. Si añadís el agua a la maizena, poco a poco, y no al revés, la disolveréis mejor. Pero evitad el agua caliente, pues no se disolverá bien.
Tened preparados también el vinagre y el azúcar.
Utilizad el vinagre que más os guste, pero os recomiendo especialmente que sea de vino blanco, pues ésta es una salsa que debe quedar transparente.
Desleíd la cucharadita de maizena en las 4 cucharadas de agua, que debe ser fría del grifo. Si añadís el agua a la maizena, poco a poco, y no al revés, la disolveréis mejor. Pero evitad el agua caliente, pues no se disolverá bien.
Tened preparados también el vinagre y el azúcar.
Utilizad el vinagre que más os guste, pero os recomiendo especialmente que sea de vino blanco, pues ésta es una salsa que debe quedar transparente.
Llevar todos los ingredientes a ebullición, a fuego medio-alto, removiendo constantemente.
En cuanto empieza a hervir veréis que la mezcla se vuelve transparente. En ese punto dejad que hierva por 1 minuto, a fuego suave, para que se evapore un poco el olor a vinagre, y ya estará la salsa lista.
Podéis reservarla en caliente o bien recalentarla en el último momento al microondas. Sin ningún problema.
Podéis reservarla en caliente o bien recalentarla en el último momento al microondas. Sin ningún problema.
Una vez preparada la salsa enharináis el pollo con maizena. Hacedlo de manera generosa.
Es importante que esté bien cubierto, aunque después sacudamos el exceso, porque esto ayudará a que la pechuga, que es la parte menos tierna del pollo, retenga sus jugos y nos quede muy jugosa y suculenta.
No os dejéis ningún rinconcito y cuando hayáis acabado, sacudid un poco el sobrante.
Utilizo maizena porque me gusta más el resultado que utilizando harina de trigo, tengo la impresión que el rebozado es más fino pero a la vez impermeabiliza mejor.
Igual solo son manías mías, os lo comento porque me gusta más como queda, pero vosotros hacedlo como más os guste o como veáis que os queda más jugosa.
No os dejéis ningún rinconcito y cuando hayáis acabado, sacudid un poco el sobrante.
Utilizo maizena porque me gusta más el resultado que utilizando harina de trigo, tengo la impresión que el rebozado es más fino pero a la vez impermeabiliza mejor.
Igual solo son manías mías, os lo comento porque me gusta más como queda, pero vosotros hacedlo como más os guste o como veáis que os queda más jugosa.
Freíd la pechuga en abundante aceite de oliva, suave, con muy poca acidez, o en su defecto, aceite de girasol especial para frituras. Evitad el aceite de oliva de sabor intenso, pues marcaría el resultado final y no nos interesa.
Dejadla, a fuego medio-alto, el tiempo necesario para que adquiera un tono bien dorado y uniforme, pero no tostado, esa será la señal de que su interior está totalmente cocido, pero en el punto más jugoso.
Si lo hacéis en freidora, en cuanto la pechuga flote a la superficie, también sabréis que el interior estará cocido y en su punto.
Dejadla, a fuego medio-alto, el tiempo necesario para que adquiera un tono bien dorado y uniforme, pero no tostado, esa será la señal de que su interior está totalmente cocido, pero en el punto más jugoso.
Si lo hacéis en freidora, en cuanto la pechuga flote a la superficie, también sabréis que el interior estará cocido y en su punto.
Colocad la pechuga sobre un papel absorbente y, con un cuchillo bien afilado, con cuidado de no romper el rebozado, practicadle cortes perpendiculares de aproximadamente 1 cm de grosor.
No la cortéis del todo. Justo lo suficiente para que mantenga su forma, y a la vez, podamos coger las porciones con los palillos y separarlos de la pechuga sin dificultad.
No la cortéis del todo. Justo lo suficiente para que mantenga su forma, y a la vez, podamos coger las porciones con los palillos y separarlos de la pechuga sin dificultad.
Con el mismo cuchillo, a modo de espátula, y la ayuda de la mano libre, recogéis la pechuga entera y la disponéis en el plato donde la vayáis a servir.
Si lo queréis, podéis adornar el pollo insertando en los cortes, de manera decorativa, un par de rodajas de limón. Cortadlas bien finas.
Si lo queréis, podéis adornar el pollo insertando en los cortes, de manera decorativa, un par de rodajas de limón. Cortadlas bien finas.
Salsead un poco de salsa de limón por encima del pollo. Casi más con la intención de llenar los huecos de los cortes que de inundar la pechuga, pues hay que procurar que el rebozado no se reblandezca. El resto de salsa la servís aparte.
Además de la salsa, que es parte muy importante, yo pienso que el secreto de este plato radica en la cocción de la pechuga. Tened la paciencia de dejar que adquiera este color, ya veréis que trabajando con la maizena no tendréis dudas a este respecto, pues se mantiene blanca todo el rato y va cambiando de color justo en el momento adecuado. Siempre podéis comprobar que está bien cocida con un pequeño corte, pero os recomiendo que tengáis la paciencia de esperar a que se dore, ya que si cortáis la pechuga y la sumergís de nuevo en el aceite, por allí se perderá la jugosidad de la carne, que ya de por sí es bastante seca.
Os va a sorprender cuan tierna y jugosa puede quedar una pechuga de pollo y qué sabrosa está con esta salsa. :-)
Os va a sorprender cuan tierna y jugosa puede quedar una pechuga de pollo y qué sabrosa está con esta salsa. :-)
El resultado de este plato tan rápido y sumamente sencillo a mí me parece fantástico. Ya no solo en el aspecto, que me recuerda al de los chinos que he probado, sino en el paladar, ácido, dulce y con un sabor intenso a limón, que a mi gusto resulta impresionante. Bueno, a mi gusto y al de quien lo ha probado en casa, que no se va sin pedirme la receta. (Cristina, Pablo, va per a vosaltres) :-)
Probadlo. Los que ya habéis hecho alguna de mis recetas chinas, y os ha gustado, no os va a defraudar. A los que todavía no lo habéis hecho y os gusta la cocina china, os animo a que lo probéis, porque además de poder conseguir un resultado muy acertado con ingredientes más que corrientes, es de verdad fácil, realmente fácil y os va a encantar.
Ya me contaran :-)
Probadlo. Los que ya habéis hecho alguna de mis recetas chinas, y os ha gustado, no os va a defraudar. A los que todavía no lo habéis hecho y os gusta la cocina china, os animo a que lo probéis, porque además de poder conseguir un resultado muy acertado con ingredientes más que corrientes, es de verdad fácil, realmente fácil y os va a encantar.
Ya me contaran :-)
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