A 60 años del "carlito", homenaje a la obra y su creador
Arrancó la semana del sandwich bien de acá. Este jueves fue distinguido su inventor, Rubén Ramírez, y se lanzaron actividades hasta el 4 de diciembre.
Tan argentino como el dulce de leche, tan rosarino como olvidarse de pronunciar las eses, esta semana la ciudad le rinde homenaje a un sandwich bien de acá: el "carlito". Pan, manteca, jamón, queso y ketchup son los ingredientes que hace 60 años se le ocurrieron mezclar a Rubén Ramírez mientras se tomaba un descanso en el bar en el que trabajaba con su papá. Le gustó tanto que se lo dio a probar a sus amigos y de ahí a sus clientes. Hoy en día resulta extraño no encontrar la delicatessen rosarina en el menú de cualquier bar de la ciudad. Por ello, la intendenta Mónica Fein distinguió este jueves al genio detrás del sandwich y la ciudad entera al carlito: hasta el 4 de diciembre se llevará a cabo en 17 bares de la avenida Pellegrini, "La semana del carlito".
En diálogo con A Diario, el programa que conduce Alberto Lotuf por Radio 2, Ramírez, jubilado, hincha de Rosario Central, recordó la primera vez que probó su invención. Corría el año 1953 y Rubén tenía 16 años. En aquel entonces –y durante los próximos 30 años– trabajaba en el bar Cachito, de Pellegrini y Maipú donde actualmente funciona una panadería. Fue en aquella esquina que nació el carlito casi por azar: Ramírez tenía hambre y se armó un emparedado. Con el ketchup a mano, le dio al tradicional tostado ese gustito entre picante y dulce, el toque que sería carcaterístico de su invención.
"Se hace con jamón, jamón. No paleta. Con manteca, no mayonesa", aclaró Rubén para quien en estos dos ingredientes reside la clave del éxito. "Se cubre la plancha de pan enmantecada con una capa de queso y otra de jamón. En medio se pone el ketchup y de nuevo otra capa de jamón y queso antes de la última plancha de pan enmantecada", explicó y advirtió: cuidado con dejar que el aderezo humedezca la miga. Armado el sandwich, sólo queda tostarlo y por supuesto, disfrutarlo.
El éxito del carlito fue inmediato y aunque al principio sólo se conseguían en "Cachito", no tardó en extenderse a todos los bares de la avenida y pronto de la ciudad.
Sin embargo, todavía no ha logrado cruzar del todo las fronteras rosarinas. En otras localidades, los mozos aún miran extrañados a quien quiere acompañar su cerveza o gaseosa con un carlito.
Consultado por el nombre, Ramírez indicó entre risas que fue "algo premonitorio": "Mi hijo se llama Carlos".
Arrancó la semana del sandwich bien de acá. Este jueves fue distinguido su inventor, Rubén Ramírez, y se lanzaron actividades hasta el 4 de diciembre.
Tan argentino como el dulce de leche, tan rosarino como olvidarse de pronunciar las eses, esta semana la ciudad le rinde homenaje a un sandwich bien de acá: el "carlito". Pan, manteca, jamón, queso y ketchup son los ingredientes que hace 60 años se le ocurrieron mezclar a Rubén Ramírez mientras se tomaba un descanso en el bar en el que trabajaba con su papá. Le gustó tanto que se lo dio a probar a sus amigos y de ahí a sus clientes. Hoy en día resulta extraño no encontrar la delicatessen rosarina en el menú de cualquier bar de la ciudad. Por ello, la intendenta Mónica Fein distinguió este jueves al genio detrás del sandwich y la ciudad entera al carlito: hasta el 4 de diciembre se llevará a cabo en 17 bares de la avenida Pellegrini, "La semana del carlito".
En diálogo con A Diario, el programa que conduce Alberto Lotuf por Radio 2, Ramírez, jubilado, hincha de Rosario Central, recordó la primera vez que probó su invención. Corría el año 1953 y Rubén tenía 16 años. En aquel entonces –y durante los próximos 30 años– trabajaba en el bar Cachito, de Pellegrini y Maipú donde actualmente funciona una panadería. Fue en aquella esquina que nació el carlito casi por azar: Ramírez tenía hambre y se armó un emparedado. Con el ketchup a mano, le dio al tradicional tostado ese gustito entre picante y dulce, el toque que sería carcaterístico de su invención.
"Se hace con jamón, jamón. No paleta. Con manteca, no mayonesa", aclaró Rubén para quien en estos dos ingredientes reside la clave del éxito. "Se cubre la plancha de pan enmantecada con una capa de queso y otra de jamón. En medio se pone el ketchup y de nuevo otra capa de jamón y queso antes de la última plancha de pan enmantecada", explicó y advirtió: cuidado con dejar que el aderezo humedezca la miga. Armado el sandwich, sólo queda tostarlo y por supuesto, disfrutarlo.
El éxito del carlito fue inmediato y aunque al principio sólo se conseguían en "Cachito", no tardó en extenderse a todos los bares de la avenida y pronto de la ciudad.
Sin embargo, todavía no ha logrado cruzar del todo las fronteras rosarinas. En otras localidades, los mozos aún miran extrañados a quien quiere acompañar su cerveza o gaseosa con un carlito.
Consultado por el nombre, Ramírez indicó entre risas que fue "algo premonitorio": "Mi hijo se llama Carlos".
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