Cuando Steve Jobs anunció el iPhone 4 en el 2010, una de las características que enfatizó sobre el nuevo teléfono fue la llamada pantalla "retina display", que básicamente significa que la cantidad de píxeles por cada pulgada de la pantalla es tanta, que el ojo humano no puede distinguir los píxeles individualmente.
A pesar de que todos los modelos que siguieron al iPhone 4 mantuvieron una concentración de píxeles de 326 PPI (pixels per inch o píxeles por pulgada) otros fabricantes de tabletas y teléfonos móviles continuaron aumentando la cantidad de píxeles que apiñan en cada pulgada de la pantalla. Tanto el HTC One como el LG G2 contienen más de 400 píxeles por cada pulgada.
Muchos expertos consideran que ya no tiene sentido continuar apretujando más píxeles en las pantalla de los dispositivos móviles, ya que básicamente el ojo humano no puede detectar la diferencia entre una pantalla de 326 PPI y una de 400 PPI. En una entrevista que la cadena de noticias NBC realizó, el profesor de oftalmología de la Universidad de Columbia Don Hood, dijo que "hay un punto en que la densidad de las pantallas no hace ninguna diferencia debido a las limitaciones del ojo humano"
A pesar de esto, las compañías continúan aumentando la cantidad de píxeles en las pequeñas pantallas, sin embargo lo hacen más como un truco de mercadeo que por beneficio al usuario, ya que es humanamente imposible notar alguna diferencia en las fotos o videos que vemos en estas pantallas recargadas de píxeles.
La competencia por empacar mas píxeles en las pantallas está por terminar, y el próximo campo de batalla será una tecnología que logre representar los colores de una forma más natural. Algunos fabricantes de televisores ya están trabajando con una nueva tecnología llamada "punto cuántico " que básicamente aumenta la capacidad de transición de un color a otro, es decir la tonalidad o graduación de colores aumenta de forma dinámica, dándole más realismo a los efectos de luz y sombra.
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