sábado, 28 de diciembre de 2013

Cien Autos Cool: #100 IKA Estanciera

Mucho antes de que se pusieran de moda las camionetas todo terreno de lujo, Industrias Kaiser Argentina sacudió al mercado local con la poderosa IKA Estanciera. Fue presentada en 1957, fruto de la sociedad de capitales entre el norteamericano Henry Kaiser (que aportó la asistencia técnica) y la Industrias Aeronáutica y Mecánica del Estado, que aportó la mano de obra y la sede de Santa Isabel, en Córdoba. La Estanciera era un vehículo familiar con ciertas dosis de confort y apto para circular por caminos poco convencionales, gracias a su buen despeje y al empuje del 6 cilindros. Era el auto ideal tanto para hacer una recorrida por el campo como para ir a un casamiento. Pero, ¿por qué ocupa el último lugar dentro de los cien autos más cool de la historia? Ocurre que entre los fanáticos coleccionistas de la Estanciera se encuentran el empresario periodístico Julio Ramos y el ex ministro Gustavo Béliz. Personas respetables, pero no muy cool que digamos…


Cien Autos Cool: #100 IKA Estanciera

ika


Argentina

Estética

Evidentemente el diseño de la Estanciera se rige por conceptos de la más estricta funcionalidad. Es una caja con ruedas dentro de la cual caben muchas cosas. Por lo menos es honesta, no pretende ser otra cosa. Los compradores de Estanciera evidentemente no se sienten afectados por estos aspectos. Originalmente, la Estanciera representó una evolución a partir del Jeep, es decir, a partir de un vehículo hecho para la guerra. Lo más impresionante de la Estanciera es su altura, 1m86, que no encontramos justificada. Los Willys Station Wagon 4 cilindros que vinieron al país hace unos quince años, eran sensiblemente más bajos, sin por eso dejar de ser espaciosos.


Nuestro utilitario de hoy tiene como novedades el motor Tornado "chico", de tres litros de cilindrada y la suspensión independiente en las ruedas delanteras, construida con elementos anteriormente utilizados por la fábrica en otra serie que ya no está en producción

Comodidad y primeras impresiones

La primera impresión de quien se sienta al volante de una Estanciera es de enorme altura. Además de ser alto el vehículo, hay que trepar para llegar al asiento delantero. Se adquiere una especia de "maña" con el tiempo. El recorrido del asiento delantero es bastante limitado. Es sumamente incómodo llegar a los asientos traseros. Además, por estar estos asientos ubicados entre los taparruedas, son bastante angostos y no puede transportar más de dos personas en ellos. Los asientos son duros y el respaldo es muy vertical. A pesar de todo, cuando el conductor se acostumbra, no resulta incomodo y el andar es bastante aceptable.
El tablero es el súmum de lo espartano y solamente el volante tiene algunas pretensiones lujosas.
Es súper utilitario, un coche para dormir afuera, para andarlo sin preocupaciones del rasponcito e incluso para poder andar en el tránsito sabiendo que todos los otros automovilistas lo respetan -o, lo que es más probable- lo temen.

Terminación

Esta acorde con el carácter muy utilitario del vehículo en general. Vale decir, el detalle se ha cuidado en forma muy relativa. No hay una marcada prolijidad en los ensambles ni en los tapizados, la pintura no es mala pero se notan defectos de terminación en los bordes. Cabe preguntarse si se justifica otra cosa, y si el típico propietario de Estanciera estaría dispuesto a pagar cien mil pesos mas para que su coche tuviera terminación digna de un Ambassador. Nosotros creemos que todo marcha en relación.


El Tornado de la Estanciera es muy similar exteriormente al del Rambler y al del Gladiator. De acuerdo a las mediciones resulta relativamente ruidoso


Controles

Son de una sencillez verdaderamente notable. El motor tiene cebador automático y entonces para arrancar lo único que hay que hacer es introducir la llave en la cerradura y girarla. El volante es amplio y tiene aro de bocina, el cual mediante una llave inversora también acciona la guiñada. Los limpiaparabrisas son eléctricos, de una sola velocidad y el tablero se complementa con la llave de luces (posición y carretera, haciéndose el cambio entre medias y largas mediante un pedalín). Hay un cenicero y alojamiento para encendedor. La gaveta tiene llave.
La palanca de cambios es del tipo de columna de dirección, tiene recorridos largos pero accionamiento bastante preciso.
Los pedales son sumamente verticales y obligan a adoptar una posición de manejo bastante OUT, además son algo duros. Sin embargo en viajes de ruta no los encontramos especialmente objetables. El acelerador es un poquito duro y tiene recorrido muy corto.
En el centro del tablero hay un solo instrumento que combina velocímetro con cuentakilómetros, agregándose medidor de nafta y de temperatura: luces de advertencia comunican novedades en cuanto a dinamo, presión de aceite y luz larga. La misma llave que acciona las luces externas, también regula el reóstato de la luz del tablero y la luz de cabina (que no se enciende con las puertas delanteras).
Las luces de giro se accionan mediante una llave agregada posteriormente, que tiene una sola luz testigo y tiene retorno automático: el retorno no funcionaba muy bien.

IKA Estanciera
Esto no es una largada. La Estanciera no compite con el Bentley, aunque el escenario sea el Autodromo de la ciudad de Buenos Aires.

Visibilidad

Es el aspecto más criticable de la unidad. Para atrás la zona ciega referida al suelo es de 18.70 mts., lo más desfavorable que han registrado nuestras pruebas. No se ven los coches que vienen de atrás y hay que manejar con muchísimo cuidado.

Manejo en ciudad

El arranque es infalible, aunque es más rápido en frío que en caliente; hay que evitar juguetear con el acelerador cuando el motor está parado, porque la bomba de pique ahoga el carburador. Lo curioso es que el motor es sumamente inelástico, y si no se lo "levanta en vueltas", no tiene mucha cupla motriz. En realidad, la Estanciera con el motor Special necesitaría cuatro marchas. En el tránsito es frecuentemente necesario poner la primera con doble embrague, y para que el coche acelere rápidamente, debe colocarse la tercera recién a 80 en el marcador. Andando despacio, el motor es suave y no trepida, pero hasta unas 2500 vueltas es muy lerdo en la reacción. La dirección es sumamente desagradable, no retorna, no ofrece una resistencia pareja cuando se gira el volante, y es pesada.
El principal atractivo de la Estanciera en ciudad es el temor que le tienen los otros conductores. Por esa circunstancia se abre camino sola.


El ascético interior de la Estanciera quita hasta la última impresión de vehículo no especializado

Manejo en ruta

Es sorprendente. Cuando se transita en caminos llanos y rectos, resulta de andar muy cómodo y pueden hacerse buenos promedios. Lógicamente, no se pretenderá tomar curvas a alta velocidad. Los frenos resultan aceptables y la suspensión es sensiblemente superior a la del viejo modelo de eje rígido
El espacio para equipajes es, por supuesto, sideral.
No hemos conducido en caminos sinuosos pero recomendamos prudencia en ellos. No es un vehículo que se caracteriza por su estabilidad.
En los sobrepasos es fundamental "estirar" la segunda hasta unos 80 Km/h para que el coche reaccione con agilidad.
Los faros son sumamente potentes, aunque aparentemente en su posición "de cruce" molestan bastante a los que vienen de frente. Así, por lo menos, lo testimonian los indignados
lamparazos de los que vienen en la mano contraria.
Repetimos: es sorprendentemente cómodo para largos viajes.

Después de cruzar el río en el ferry de la foto, en la ribera opuesta se comprueban las características de estabilidad y suspensión

Economía

La economía de combustible debe reputarse bastante buena considerando el tamaño y el enorme área frontal del vehículo. Los 6.5 km/litro en ciudad hablan por si solos. Evidentemente el motor Tornado "chico" resulta un feliz compromiso entre poca potencia y mucho consumo. Sería lindo ver como funciona ese motor en un automóvil mas o menos discreto

Performance

La aceleración es buena siempre que se tenga la precaución de dejar que el motor trabaje "suelto". La primera impresión que tuvimos es que algo andaba mal, hasta darnos por enterados que no se puede poner la segunda a 15 y la tercera a 30 como en la Estanciera anterior. En realidad, se puede y el motor anda sin vibraciones, pero a bajo régimen carece de esfuerzo torsor significativo.
En cambio, dejando que el motor desarrolle sus óptimas rpm, los problemas se curan y el coche resulta ágil de manejar.
Los frenos son bastante potentes pero es menester administrarlos con sumo cuidado.
Debido al elevado centro de gravedad de este vehículo, si llega a cruzarse en una frenada muy fuerte, podría correr el riesgo de volcar. Prudencia, entonces.
Motor y accesibilidad
El funcionamiento del motor es correctísimo en todo momento. Arranque muy bueno en frío, en caliente demora un poco más, pero muy poco. La accesibilidad, siendo un motor vertical en un capot bastante espacioso, es en general muy buena. La rueda de auxilio va alojada dentro del habitáculo por detrás del asiento trasero, sobre el lado derecho. La posición de la goma, sin hablar de lo que resta de visibilidad, obliga a una engorrosa operación de quita y pon, dado que es necesario meterse dentro del vehículo para poder cambiarla, cosa que se complica con el peso de la rueda armada. Debajo de los asientos delanteros hay un largo espacio para contener herramientas. Distribuidor, carburador, etc., están muy al alcance de la mano. La regulación de la correa del ventilador es convencional.

Accesorios

Por razones de tiempo, hicimos el test con un vehículo que se encontraba completamente en su estado "standard", es decir, completamente desprovisto de accesorios. No obstante, IKA ofrece al comprador una amplia gama de opciones, de los cuales recomendamos el espejo retrovisor exterior, muy necesario, trabas de capot, radio para viajes largos, calefacción (en invierno es un vehículo muy frío), y otros detalles como lavaparabrisas (muy importante si se desea ir por caminos de tierra), servofreno (no es realmente necesario, pero no está de más para aliviar el manejo), etc.

Las tres vistas de la Estanciera muestran sus líneas planas y ausentes de dobles curvaturas
Conclusiones
Ha pasado el tiempo y ha evolucionado nuestra industria automotriz. Ya no hace falta considerar la Estanciera como un automóvil. Ocupa ahora su correcto lugar como vehículo de trabajo, para lo cual se presta admirablemente. No es caro, dentro de lo que son los precios actuales, tiene un consumo razonable y la carga esta permanentemente protegida contra robo y accidentes del clima. La suspensión no es mala, la dirección es desagradable pero ese detalle lo nota únicamente el exquisito. Los asientos no resultan incómodos. El motor funciona a las mil maravillas y además todo el conjunto esta protegido por la garantía que supone la extensa red de concesionarios IKA en todo el país. La visibilidad es prácticamente nula en muchas direcciones importantes, pero de todos modos los otros componentes del tránsito urbano se mantienen lejos por las dudas, así que este fenómeno es, en cierto modo, enfermedad y cura.
Como automóvil familiar, la Estanciera fue la desubicada victima de un momento nacional. Llevada a su correcta posición de "furgón con asientos", se vuelve ahora un vehículo respetable y práctico. Se justifica de este modo que IKA siga su producción a pesar de haber transcurrido tantos años desde su entrada en escena.


La forma física del vehículo hace que su visibilidad sea escasa, sobre todo para atrás. El espejo retrovisor exterior, que es opcional, en este caso debería ser de norma

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