Críticas al titular del Sedronar por tratar de "perejil" a un adicto: "Denigran su rehabilitación"
"No son pocos los que que me han pedido que haga algún comentario sobre el cura que asumió la lucha contra las drogas en Sedronar y no puedo evitar callarme cuando leo sus declaraciones respecto de que el adicto es un perejil, calcando los estilos de Aníbal Fernández y su desgraciada forma de encarar la lucha, que tanto daño hizo a Argentina", señaló el presidente de la Asociación Antidrogas, Claudio Izaguirre.
Izaguirre le respondió así a Juan Carlos Molina, flamante titular del Sedronar, que se manifestó en esa línea en declaraciones a El Tribuno de Salta. "El adicto no es un perejil, es una persona que padece una enfermedad que debe ser tratada y puede ser recuperada", enfatizó.
"Decirle perejil a un enfermo no sólo es dañar su integridad como persona, sino denigrar toda posibilidad de rehabilitación, que en boca de un político de paupérrimas condiciones morales y espirituales se puede comprender, pero emanadas de un hombre de la Iglesia se sienten dolorosas y denigrantes", consideró Izaguirre.
Molina también afirmó "estar acompañado por el Papa Francisco en su decisión de discutir la despenalización de la tenencia de drogas", a lo que el presidente de la Asociación Antidrogas respondió que "eso no se condice con el pensamiento profundo y piadoso del Santo Padre".
"Me lleva a pensar que el cura de Sedronar ha entrado mintiendo para dar una fortaleza mayor a sus afirmaciones. Es un yerro mayúsculo introducir a Jorge Bergolio en una discusión como supuesta garantía de un posible triunfo", opinó.
"La despenalización de hecho de todo tipo de drogas que Argentina sufre ha traído como consecuencia directa no sólo la decadencia intelectual en las aulas, sino que además ha hecho estallar los instintos desbocados en cientos de miles de jóvenes que, sin tapujos, van al frente de los saqueos, los desmanes y destrozos, en una Argentina que se ha convertido en un caos, mientras los mercaderes de la muerte continúan su fiesta ininterrumpida", manifestó.
Izaguirre insistió en apuntar a Juan Carlos Molina. "Se lava las manos de la lucha contra esos mercaderes, que las reuniones episcopales se ha cansado de marcar con decisión y valentía, es decir, el cura vino a hacer la mitad del trabajo y, a juzgar por el epíteto de perejiles dirigido hacia los adictos, su tarea no promete ser de las mejores".
"Debería haber un mandamiento que diga 'no usarás el nombre del Santo Padre en vano' para que dejen de arrogarse prebendas vaticanas que no son ciertas y que en realidad son diametralmente opuestas. Soy consciente que al levantar mi voz para marcar postulados erróneos por parte de un hombre consagrado, tendré como consecuencia la sordera de sus acólitos, pero no está en mí la negación de la verdad como estilo de vida", aseveró.
Y concluyó: "Darle libertad a las drogas es crear caos, delincuencia, destrucción familiar, desazón ciudadana, destrucción cerebral, descompensación democrática y cataclismo político-social, mientras los promotores del consumo, los encubridores de comerciantes y vendedores de drogas continúan adelante envenenando familias a lo largo y ancho de todo el país".
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