Además si hay personas sin defensas y cómo te ayudan las bacterias gastrointestinales.
El sistema inmune es tu protector, su trabajo es defender al cuerpo contra las enfermedades y otros cuerpos extraños. Es capaz de identificar al enemigo, bacterias, virus y parásitos extraños, para formar una defensa a la medida, los glóbulos blancos son las tropas especializadas capaces de destruir a los invasores y los tejidos infectados. Para que conozcas mejor tu cuerpo te traemos 11 datos de tu sistema inmune que retomamos de Live Science:
1. Sin defensas: La película de 1976 The Boy in the Plastic Bubble, muestra a una persona con un sistema inmunológico deficiente que debe vivir su vida en un ambiente completamente estéril, ya que su cuerpo no puede combatir las infecciones. Aunque la historia es ficticia, la inmunodeficiencia combinada grave (SCID por sus siglas en inglés, severe combined immunodeficiency) o "enfermedad del niño burbuja", es muy real, ocurre aproximadamente en 1 de cada 100,000 bebés.
Anteriormente, los transplantes de médula ósea entre hermanos era el único tratamiento disponible para los pacientes con SCID, no obstante la terapia génica (inserción de genes ausentes en el genoma del individuo) ha demostrado buenos resultados.
2. ¿Cuestión de líquidos? : La "teoría de las enfermedades" ganó popularidad en el siglo XIX y establece que los microorganismos causan algunas enfermedades. Antes de esta teoría, el humor dominó el pensamiento médico occidental por unos 2,000 años. Esta teoría propone que el cuerpo humano está compuesto de cuatro sustancias líquidas, o humores: sangre, bilis amarilla, bilis negra y flema. Un exceso o una deficiencia en uno o más de estos elementos causa enfermedades y discapacidades. Varios tratamientos - como la sangría, cortar las venas para provocar un sangrado - buscaban restaurar el equilibrio de estos líquidos.
3. Defensa sintética: La primera vacuna fue desarrollada a finales del siglo XVIII, pero la gente reconoce la importancia de la inmunidad mucho antes de eso. Durante la epidemia que vivió Atenas en el año 430 a C, los griegos se dieron cuenta de que las personas que habían sobrevivido a la viruela no contrajeron la enfermedad por segunda vez. Estos sobrevivientes fueron llamados a atender a los afectados de viruela. En el siglo X, los curanderos chinos soplaban las costras de viruela secas en las personas sanas; quienes adquirieron una forma leve de la enfermedad y se recuperaron, se hicieron inmunes a la enfermedad. Esta práctica, que se llamaba "variolación" o "inoculación", se extendió a Europa y la Nueva Inglaterra en 1700.
4. Autodefensa: A menudo escuchamos que las bacterias, virus y hongos causan los síntomas de la enfermedad, pero esto es técnicamente incorrecto. Los síntomas de las enfermedades a veces se producen debido a que el sistema inmune está reaccionando a los microorganismos del cuerpo. Por ejemplo, tomemos el resfriado común. Tu sistema inmunológico entra en acción cuando el rinovirus invade las células epiteliales -células que recubren las cavidades en el cuerpo- en el tracto respiratorio superior. Los productos químicos (histaminas) del sistema inmune dilatan los vasos sanguíneos y aumentar su permeabilidad permitiendo que las proteínas y las células blancas de la sangre lleguen a los tejidos epiteliales infectados. Sin embargo, la inflamación de los vasos sanguíneos en la cavidad nasal produce congestión nasal.
Puedes tener secreción nasal debido a una fuga de líquido, que combinado con el aumento en la producción de mucosidad provocada por las histaminas.
5. ¡Ya duérmete!: Un sistema inmune sano es vital para protegerte de las enfermedades. Investigaciones recientes demuestran que la falta de sueño debilita las habilidades del sistema inmune para combatir las padecimientos. Una noche de mal sueño puede afectar el sistema inmunológico mediante la reducción del número de las células "asesinas" naturales.
Un estudio de 2012 publicado en la revista científica SLEEP sugiere que las vacunas pueden llegar a ser menos eficaces para las personas que duermen menos de seis horas por noche en comparación con quienes tienen una noche completa de descanso.
6. ¿Vacuna de vacas?: A principios de 1700, la inoculación se había convertido en práctica habitual en la sociedad occidental. La técnica mató gente, pero la tasa de mortalidad asociada con la viruela era 10 veces menor. Esta información llevó al médico inglés, Edward Jenner, a suponer que la vacuna hecha con el virus de la viruela bovina protegería a las personas de la viruela. La viruela de las vacas se trasmite a los humanos sin daño alguno y puede proteger con la viruela en general.
En mayo de 1796, Jenner se convirtió en el pionero en la vacuna contra la viruela . Encontró una mujer joven que ordeñaba vacas y vendía leche, con lesiones de viruela bovina en las manos y los brazos, recolectó la pus de las lesiones y se la injertó a un niño de 8 años de edad. El niño desarrolló síntomas leves, como fiebre y pérdida de apetito, pero se recuperó rápidamente. Meses más tarde, Jenner inyectó al niño con viruela y el pequeño no desarrolló ningún síntoma.
Desde entonces los médicos han tratado de hallar nuevos medios de inducir al cuero a crear inmunidad contra enfermedades peligrosas, obligándolo a que fabrique anticuerpos o defensas químicas contra versiones benignas de la enferemedad. Los líquidos que causan esa enfermedad benigna siguen llamándose vacunas, aunque ya no tienen nada que ver con las vacas.
7. El cuerpo contra sí mismo: Una enfermedad autoinmune es un trastorno en el que las defensas naturales del cuerpo se vuelven hiperactivas atacando los tejidos normales como si éstos fueran cuerpos extraños. Los ejemplos más comunes de problemas de este tipo son: la artritis reumatoide, la enfermedad celíaca y la psoriasis.
De acuerdo con un artículo publicado en 2008 en el American Journal of Pathology, estos padecimientos no afectan a hombres y mujeres por igual. Cerca de 5 a 8 % de la población estadounidense tiene una enfermedad autoinmune, de la cual 78% son mujeres.
8. Microbiota: El cuerpo humano es el hogar de miles de millones de bacterias; éstas superan 10 a 1 a nuestras células. Los microbios que se encuentran en el tracto gastrointestinal son a menudo beneficiosos, ayudan a la digestión y la síntesis de vitaminas B y K. Investigaciones demuestran que estos "bichos" intestinales ayudan al bienestar del sistema inmunológico y a la salud en general.
Las bacterias "buenas" evitan que las "malas" tomen el control de los tejidos epiteliales y de las mucosas. Estas bacterias distinguen entre los agentes patógenos causantes de enfermedades y los antígenos inocuos previniendo el desarrollo de alergias. Así mismo, las bacteria benéficas influyen en la sensibilidad del sistema inmune hacia los antígenos que pueden ocasionar enfermedades autoinmunes; también producen anticuerpos útiles y activan las proteínas intestinales que hacen que el sistema inmune repare lesiones internas.
9. Asoléate: Es bien sabido que la exposición a la luz solar, específicamente a los rayos ultravioleta (UV), puede suprimir la respuesta del sistema inmunológico a las infecciones bacterianas, víricas y fúngicas. Para suprimir el sistema inmunológico humano, sólo se requiere entre 30-50% de la radiación solar que se necesita para las quemaduras del sol, según un artículo de 2010 en el Journal of Investigative Dermatology.
Sin embargo, la luz solar fomenta la producción de la vitamina D. Un estudio publicado en Nature Immunology sugiere que si se cuenta con pocos niveles de vitamina D en el torrente sanguíneo no se activan a las células T. Otras investigaciones apuntan que la vitamina D podría inducir la producción de péptidos antimicrobianos en la piel, compuestos que defienden el cuerpo contra nuevas infecciones.
10. ¿Pocas defensas? El sistema inmunológico está constantemente trabajando para protegerse de enfermedades y combatir las infecciones que tiene, por lo que se podría creer que la sangre está compuesta mayormente por células blancas (los soldados del sistema inmune). Pero esto no es así. En cinco litros de sangre, los glóbulos blancos representan sólo 1%. Aunque parezcan pocas, en cada microlitro de sangre, hay entre 5,000 y 10,000 células blancas.
11. Todos nos defendemos: El sistema inmunológico tiene dos aspectos importantes: la inmunidad innata y la inmunidad adaptativa. El sistema inmune innato se compone de células y proteínas que están siempre dispuestas a luchar contra los microorganismos, en tanto que el sistema inmune adaptativo entra en acción cuando los patógenos eluden las defensas innatas.
Los invertebrados carecen generalmente de la cualidad adaptativa que tienen los organismos vertebrados. El biólogo ruso Élie Metchnikoff descubrió que los invertebrados tienen un sistema inmune innato. Una tarde de diciembre de 1882, Metchnikoff atravesó una larva de estrella de mar con la espina de una rosa, cuando la examinó al día siguiente, descubrió una multitud de pequeñas células que intentaban hundir el aguijón (un proceso llamado fagocitosis). La estrella de mar se ha mantenido prácticamente sin cambio alguno desde su origen hace unos 500 millones de años, mucho antes de que los vertebrados aparecieran; esto indica que el sistema inmune innato tiene raíces muy antiguas.
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