domingo, 5 de enero de 2014

Alfa Romeo - 4C (2013)

Lo observas, lo descubres, lo tocas, lo escuchas, lo pilotas e inmediatamente lo sientes como un puro Ferrari... para iniciados. Lo fabrica Maserati y se vende con el precioso escudo de Alfa Romeo. Te puedes imaginar qué tipo de deportivo es... estás en lo cierto: es el nuevo Alfa 4C.

Alfa Romeo - 4C (2013)

Desde hace muchos meses, estábamos esperando el día de poder pilotar el nuevo Alfa 4C, entre otras cosas, porque la materia prima y su concepción técnica son propias de sólo algunos modelos de los fabricantes de deportivos más exclusivos del mundo. Lo hubiera podido firmar la propia Ferrari, pero imagino que habría sido popularizar la categoría y exclusividad del "cavallino rampante", algo políticamente incorrecto.

deportivo

alfa romeo

Su sofisticadísimo chasis de carbono y aluminio es una realidad en un deportivo de "sólo" 53.900 euros. Y con su motor en disposición central, su configuración no asume compromisos que desvirtúen la deportividad más pura. Todo arropado por una carrocería tan sofisticada en su diseño, como los livianos y compactos polímeros que la componen. Viniendo de Alfa Romeo, un V6 atmosférico de aquellos de la marca hubiera sido el colofón, pero hoy día, el 4 cilindros 1.750 Turbo del Giulietta no desmerece en semejante deportivo. Sus 240 CV parecen muchos más cuando sólo deben mover menos de una tonelada de 4C (homologa ¡895 kilos!). Y porque el "perturbador" sonido que golpea tu cabeza a escasos centímetros, te lleva a un excitante ambiente deportivo sin filtros y sin compromisos.

2013

alfa romeo 4c

Ni la preparación más extrema de un Giulietta Quadrifoglio Verde te aproximaría a lo que vives en el 4C. Y no porque te exija ser un entrenado contorsionista para entrar y salir de él. El espacio y ambiente interior parece recrear el cockpit de un monoplaza. Da lo mismo que desmerezca la cubierta del salpicadero. Su valor está, entre otras cosas, en el carbono visto del marco de las puertas.

Alfa Romeo - 4C (2013)

Solo tú eres el protagonista. El convidado de piedra ni podrá regular su asiento. Echo de menos un pulsador para arrancar el motor, cuando el cambio de doble embrague despliega 4 pulsadores para las funciones básicas y 2 levas en el volante para manejar sus 6 velocidades. Su cuadro digital, su pedalier de aluminio, su achatado volante, sus envolventes y rígidos asientos, su reducida visibilidad... respiras una deportividad tan pura como extrema.

deportivo


Ponerlo en marcha impresiona. Te sabes dominador de sus 240 CV, pero el atronador sonido que amplifica el pack deportivo que monta nuestra unidad, acelera un poco más tus ya aceleradas emociones. Sin asistencia en la dirección, en parado el esfuerzo físico por girar el volante es enorme. Más presión. El Alfa 4C inicia la marcha como a trompicones; su doble embrague es muy directo, lógicamente sin una elaborada transición para la maniobra a baja velocidad. El 4C quiere avanzar, ganar metros y coger velocidad. Es su naturaleza. Tirones, ruido, firmeza, exigencia, concentración... el 4C es deliciosamente rudo.


alfa romeo

Yo también pensé que a lo mejor era "mucho deportivo para tan poco motor", pero te bastará la primera aceleración para no querer, por ahora, más. La naturaleza turbo de su 1.7 hace que empieces a sentir diabólica su respuesta a solo 2.500 rpm. Seguro que su rugido imprime más empuje psicológico, pero no deja de ser muy esclarecedor que bata en la corta distancia al "refinado" Porsche Cayman S de 325 CV... y 1.320 kg. Estira hasta las 6.500 rpm con una rotundidad y rapidez que debes evitar el brusco corte haciendo caso al cambio de iluminación de un cuentavueltas digital de difícil lectura. El doble embrague resulta extraordinario. Te ofrece cambios rapidísimos y permite reducciones abusivas... mientras en las transiciones la válvula de descarga del turbo se ocupa de añadir más ruido melódico, digno de ser grabado.



La ligereza es clave en el 4C. Cuánto de deportividad tiene el poco peso... y la poca altura. Además, con un reparto de pesos 40/60 por ciento delante/detrás, la sensación de ligereza se acrecienta. Una vez en movimiento, la dirección sin asistencia es suave, pero quizá en aceleración, sientas que demasiado. Por ello, parece que las rectas no le gustan al 4C. Neumáticos y suspensión intervienen también para que su ligera dirección "husmeé" la carretera incluso cuando jurarías que su superficie está limpia y es plana como una mesa de billar. Te exige sujetar y dirigir con firmeza el volante, hasta que cargas el tren delantero simplemente desacelerando cuando te enfrentas a la curva.

2013

alfa romeo 4c

Alfa Romeo - 4C (2013)

Se inscribe con una naturalidad increíble. De rígido y ligero biplaza sin compromisos. Rapidísimo, plano y sin que percibas inercias comprometidas. Ahí es tan sólido, firme y dirigible, que entiendes que su hábitat natural son las secuencias de curvas. En la salida genera la misma confianza. Con diferentes grados de interacción de la electrónica según el modo de conducción que elijas (race, dynamic, natural o all weather), puedes decidir dónde poner tu límite y la eficacia pura del 4C. En cualquier caso, su tren trasero parece preparado para asimilar la respuesta del motor. Hay mucha goma (más anchura y diámetro que delante) y mucha calidad en ellas. Y sólo errores de apreciación o buscados para salir guapo en la foto comprometerían la capacidad del tren trasero... y sería en circuito.



Los frenos son igualmente excepcionales. Normalmente son la debilidad de esos compactos llamados deportivos, pero en el 4C hay tanto de mordiente como de aguante al uso abusivo. Puedes llevarlos al estrés, a oler el ferodo y escuchar los ruidos de la dilatación y contracción de los discos, que no desfallecerán. En definitiva, la sofisticación del 4C retorna en eficacia dinámica y deportiva de elite, de la que presumía Alfa Romeo muchos años atrás.

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