El volante, sin lugar en el Valencia y con la necesidad de sumar minutos de cara al Mundial, sería presentado el lunes como jugador del equipo rosarino.
El escudo con los colores rojo y negro está grabado en su pantorrilla. "Sólo Dios me entiende", reza su tatuaje. La frase esconde algunas de las razones por las que Ever Banega decidió volverse de Europa para jugar en Newell´s, el club de sus amores. Su deseo siempre latente de vestir la casaca del equipo rosarino se topó con la imperiosa necesidad de tener minutos de juego en los próximos meses para ganarse un lugar entre los convocados al Mundial. "Es el momento justo", le dijo ayer a su círculo más íntimo una vez que quedó formalizada su desvinculación del Valencia. Su anhelo se convirtió horas después en realidad. Aunque aún no se hizo oficial, es un hecho que durante los próximos seis meses llevará en el pecho el mismo escudo que tiene dibujado en su pierna. El lunes sería presentado como nuevo jugador leproso.
La llegada de Banega a Newell´s se empezó a gestar el jueves a la tarde. El volante le hizo saber a los dirigentes rosarinos su intención concreta de recalar en el Parque Independencia. La primera charla existió en diciembre cuando el volante participó del partido amistoso que organizaron Maxi Rodríguez y Javier Zanetti. "Quiero jugar la Copa Libertadores con la camiseta de Newell´s", repitió Banega en la intimidad a algunos directivos y a los referentes del plantel. La negociación tomó cuerpo recién una vez que Juan Antonio Pizzi le comunicó que tenía que buscarse un nuevo club debido a que no iba a ser tenido en cuenta.
Según lo acordado, Newell´s deberá hacerse cargo únicamente del sueldo del futbolista. El préstamo se realizaría sin cargo y sin opción. Según los medios españoles, la mayor preocupación del Valencia radicaba en desprenderse de la alta erogación que significaba su contrato. Zanjada esa cuestión, a la operación sólo le faltan pequeños detalles para cerrarse.
El escudo con los colores rojo y negro está grabado en su pantorrilla. "Sólo Dios me entiende", reza su tatuaje. La frase esconde algunas de las razones por las que Ever Banega decidió volverse de Europa para jugar en Newell´s, el club de sus amores. Su deseo siempre latente de vestir la casaca del equipo rosarino se topó con la imperiosa necesidad de tener minutos de juego en los próximos meses para ganarse un lugar entre los convocados al Mundial. "Es el momento justo", le dijo ayer a su círculo más íntimo una vez que quedó formalizada su desvinculación del Valencia. Su anhelo se convirtió horas después en realidad. Aunque aún no se hizo oficial, es un hecho que durante los próximos seis meses llevará en el pecho el mismo escudo que tiene dibujado en su pierna. El lunes sería presentado como nuevo jugador leproso.
La llegada de Banega a Newell´s se empezó a gestar el jueves a la tarde. El volante le hizo saber a los dirigentes rosarinos su intención concreta de recalar en el Parque Independencia. La primera charla existió en diciembre cuando el volante participó del partido amistoso que organizaron Maxi Rodríguez y Javier Zanetti. "Quiero jugar la Copa Libertadores con la camiseta de Newell´s", repitió Banega en la intimidad a algunos directivos y a los referentes del plantel. La negociación tomó cuerpo recién una vez que Juan Antonio Pizzi le comunicó que tenía que buscarse un nuevo club debido a que no iba a ser tenido en cuenta.
Según lo acordado, Newell´s deberá hacerse cargo únicamente del sueldo del futbolista. El préstamo se realizaría sin cargo y sin opción. Según los medios españoles, la mayor preocupación del Valencia radicaba en desprenderse de la alta erogación que significaba su contrato. Zanjada esa cuestión, a la operación sólo le faltan pequeños detalles para cerrarse.
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