La crisis derivada de la anexión a Crimea supone una nueva confrontación, pero Rusia ya no es la potencia antagónica a EU, según analistas
La anexión rusa de Crimea inició un nuevo capítulo de hostilidades entre Estados Unidos y Rusia similar al de la Guerra Fría… excepto que está vez las acciones y confrontaciones son más tibias.
A diferencia de esa época "no se trata de un conflicto de ideologías, porque no se enfrentan dos bloques liderados por países más fuertes y porque Rusia (entonces la Unión Soviética) ya no puede ser considerada la gran potencia antagónica a Estados Unidos", considera Lorena Ruano, directora de Relaciones Internacionales del Centro de Investigación y Docencias Económicas.
Este mes, Crimea, una región que desde 1954, era reconocida como parte de Ucrania, votó un referéndum para unirse a Rusia, tras una ocupación militar del mismo país.
Para la internacionalista Rina Mussali, este movimiento por parte de Rusia está relacionado con el deseo de posicionarse nuevamente como una de las principales potencias mundiales.
"Lo que estamos viendo con esta crisis de Ucrania son los nuevos pasos de la política exterior de Rusia. Desde el colapso de la Unión Soviética Rusia ha enfrentado una serie de obstáculos para posicionarse en el escenario internacional. (El presidente) Vladimir Putin tiene el ansia expansionista de querer reposicionarse en los asuntos globales y convertirse en un jugador de mayor talla y peso internacional y toma una serie de decisiones y medidas que buscan incrementar su perfil".
Para Rusia, la región ucraniana es particularmente importante porque le permite mayor cercanía a Europa, una salida al Mar Negro y por la importante red de oleoductos y gasoductos que transportan el gas que Rusia importa a Europa.
Pero, la pregunta ante todo esto es si Rusia se detendrá después de la anexión a Crimea o continuará su avance a otras exrepúblicas soviéticas.
Por lo pronto, un vocero de Transnistria (una región separatista de Moldavia) pidió a Rusia que los aceptará como parte de su estado. Mientras que Moldavia pide a Rusia que se mantenga lejos de la región.
"Hay suficiente fuerza establecida en el este de la frontera con Ucrania para apresurarse a Transnistria de ser necesario", dijo un comandante de la OTAN
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se ha declarado varias veces lista para intervenir en el conflicto, pero Mussoli asegura que la organización no pasa por su mejor momento en términos de presupuesto.
Al gobierno de Kiev también le preocupa que la anexión de Crimea sirva como un ejemplo para otras ciudades ucranianas con importante presencia de rusos y avive los ánimos separatistas.
Esta vez, a diferencia de la Guerra Fría, Estados Unidos no cuenta completamente con el apoyo de otras potencias europeas y en gran parte esto se debe a la dependencia energética de Europa sobre Rusia.
Moscú provee a Europa del 30% de su gas natural. Y varias potencias europeas como Gran Bretaña, Alemania, Holanda y Francia están asociadas con empresas energéticas rusas como Gazprom y Rosneft. Por ello, naciones como Alemania han declarado que esperan resolver las diferencias con Rusia a través del diálogo.
Rusia es el tercer mayor socio comercial de la Unión Europa, después de Estados Unidos y China; el intercambio de bienes y servicios en 2012 fue de más de 500,000 millones de dólares (6,500 millones de pesos). Rusia también depende de la Unión Europea: un 75% de toda la inversión extranjera en Rusia se origina en los países miembros de la UE, según la Comisión Europea.
El camino que le queda a Estados Unidos entonces es la diplomacia.
"Esta no es otra Guerra Fría en la que estamos entrando. Después de todo, a diferencia de la Unión Soviética, Rusia no lidera un bloque de naciones, ni una ideología global. Estados Unidos y la OTAN no buscan un conflicto con Rusia. De hecho, por más de 60 años nos hemos reunido con la OTAN no para reclamar otras tierras, pero para mantener libres a las naciones", dijo este miércoles el presidente Obama
Hasta ahora, Estados Unidos y la Unión Europea implementaron sanciones que afectarán directamente a sectores clave de la economía rusa y que pretenden aislar a Moscú, así como otros castigos contra personas concretas en Rusia cercanas al presidente Vladimir Putin. Rusia también fue expulsado del grupo de los países industrializados del G-8.
Tanto Ruano como Mussoli, coinciden en que los líderes de Occidente agotarán la vía diplomática antes de emprender acciones militares más severas que lleven a un enfrentamiento en contra de Rusia.
Una de las razones, según Dejan Mihailovic, profesor e investigador del Tecnológico de Monterrey es la delicada situación internacional y el papel que juega Rusia en conflictos como la guerra Siria o en la mediación con Irán para la supervisión de su programa nuclear.
"Tomando en cuenta la crisis política aguda en Venezuela, la persistente guerra civil en Siria, el frágil acuerdo en Irán para supervisar su programa nuclear, el tradicional foco de Cisjordania en Gaza y ahora con el caso de Ucrania y Crimea, prácticamente a nadie le conviene el recrudecimiento de un conflicto en la antesala de una potencia nuclear como es Rusia. Con el paso de los días y las semanas tendremos mayores actividades diplomáticas para que realmente se vea la posibilidad de palear los efectos negativos de este enfrentamiento".
Además, a diferencia del mundo bipolar de la Guerra Fría, donde el poder se concentraba en dos bloques, el mundo actual vive en entropía "donde prácticamente los lazos y las alianzas se hacen y deshacen en cuestión de semanas o meses a los intereses de cada uno", dice Mihailovic.
viernes, 28 de marzo de 2014
Rusia y Estados Unidos, una segunda Guerra (no tan) Fría
3/28/2014
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