Al nombrar a la ciudad estadounidense de Detroit, muchos pensarán en esa urbe gigante en la que patrullaba el famoso personaje de Robocop en la película que se estrenó en los 90´ lo más informados sabrán que es una ciudad que año a año va perdiendo población y que se encuentra lejos de ser esa pujante ciudad que contaba con importantes automotrices.
La que en su momento fue la capital mundial de la industria automotriz perdió en las últimas décadas el 60% de su población son miles los inmuebles abandonados, museos, fábricas y hasta los estadios deportivos.
En 1994 el estadio Detroit Pontiac Silverdome quedó en la historia de los mundiales, albergó el partido entre Estados Unidos y Suiza, el primero en jugarse en un estado techado. La innovación y el encanto de ayer se contrastan con el penoso presente. La mole con capacidad para 77.000 espectadores se encuentra en un estado total de abandono. Se dejó de usar en 2011 y su panorama es desolador.
En una ciudad que tiende a desaparecer, el estadio que albergó los partidos Estados Unidos-Suiza; Suiza-Rumania: Suecia-Rusia y Brasil-Suecia corre con la misma suerte.
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